Economía

Comercio Internacional y Aprovechamiento de Posilibidades de Desarrollo Económico. Argentina desde 1930

Número
56
Autor
Osvaldo H. Schenone
Mes/Año
May-87
Adjunto
Resumen

Los precios de los bienes producidos en nuestro país han tenido amplias variaciones en el pasado y las seguirán teniendo en el futuro. Nuestro interés consiste en saber si esas variaciones dieron (y darán) señales para orientar los recursos productivos en beneficio o en perjuicio del país. Es decir, ¿esas variaciones de precios dieron señales para que se produjese más de lo que se tornaba más valioso y más barato de producir? ¿O eran, en cambio, señales “tramposas” que inducían a producir más de lo que era menos valioso y más caro de producir?

Para responder a estas preguntas observaremos el cociente entre precios de bienes exportables e importables en el país y lo compararemos con el mismo cociente en el resto del mundo. Si ambos cocientes son iguales entre sí, diremos que los consumidores y productores argentinos enfrentaron la misma relación de precios que prevalece en el resto del mundo; consecuentemente, diremos que los precios emiten en tal caso las señales correctas porque inducen a producir y exportar lo que se puede vender caro y a importar lo que se puede comprar más barato que el costo de producción local.

En Argentina el cociente entre los precios de bienes exportables e importables ha sido y es menor que en el resto del mundo. Esto significa que los precios hacen artificialmente menos rentables las exportaciones (en comparación con la producción de importables y de no-comercializables o domésticos) de lo que verdaderamente son. Consecuentemente, no orientan suficientes recursos a la producción de lo que se podría producir más barato y vender más caro, sino que los orientan hacia la producción de lo que se podría importar más barato que el costo de producción local.

Los datos muestran además que el fenómeno que nos ocupa, sesgo anticomercio y sustitución de importaciones, ha existido desde 1929–30 acentuándose durante la Segunda Guerra Mundial y durante los períodos 1946–55, 1963–66, 1973–75 y 1980–84.

Desde 1984 hasta julio de 1986 los acontecimientos no alteraron sustancialmente el panorama de 1980–84. Los incentivos a la sustitución de importaciones, en desmedro de la producción de exportables, han aumentado en la forma de mayores restricciones cuantitativas y mayores tasas de aranceles aduaneros. Las restricciones a la exportación en los últimos años se han reducido para trigo, maíz y sorgo, ha permanecido prácticamente congelada para girasol, y se ha comenzado a aplicar desde febrero de 1985 al girasol. Las importaciones argentinas desde 1984 han estado dominadas por las de Marruecos, Pakistán, Filipinas y las Antillas Holandesas y se han mantenido constantes entre enero-abril de 1985 y igual período de 1986. Las exportaciones, en cambio, han disminuido en alrededor de 20% comparando enero-abril de 1985 e igual período de 1986.