Frondizi y la vigente necesidad del desarrollismo
Tras su derrocamiento en 1962, Arturo Frondizi parecía una figura condenada al olvido. Rechazado por unos y otros, nada podía hacer pensar que sería objeto de admiración en el futuro cercano. Pero su fallecimiento en 1995 inauguró un tiempo en el que su figura sería reconocida y reivindicada. Frondizi comenzó a ser identificado con un modelo de estadista y su figura sintetiza acaso las virtudes a las que puede aspirar un gobernante.